El tema inmobiliario y de la propiedad de la tierra siempre ha sido una cuestión muy política en Israel desde su creación, y de hecho mucho antes. Uno de los principios sagrados del movimiento sionista fue la "Redención de la Tierra", es decir, que la tierra en la que viven los árabes no es “libre” y debe ser "rescatada" haciéndola pasar a propiedad judía.
Bajo el dominio británico y otomano, la "Redención de la Tierra" fue lenta y poco sistemática, "un dunum aquí, un dunum allí", por citar una famosa canción. Pero en 1948 llegó la oportunidad de "rescatar" una gran parte del país de un golpe. Las casas y las tierras de cientos de miles de refugiados palestinos se catalogaron como "propiedades abandonadas" y todas ellas se repartieron entre los judíos.
62 años después no se puede hacer tan masivamente y sin rodeos, pero todavía muchos altos funcionarios y subalternos actúan sobre el principio de que la transferencia de tierras y casas de árabes a propiedad judía es “redención de la tierra”. Lo vemos en Sheikh Jarrah y Silwan en Jerusalén Este. Lo mismo ocurre con la constante expansión de los asentamientos en Cisjordania. Pero también en las ciudades mixtas de Ramle y Lod, Acre y Jaffa, sin olvidar a los pueblos beduinos siempre expuestos a la destrucción de nuevas incursiones por parte de funcionarios, mientras que en sus proximidades el gobierno fomenta la creación de "granjas individuales" (de judíos individuales).
¿Y qué pasa cuando no hay árabes que abandonaron el terreno y sólo queda la cuestión de cómo lo dividimos exactamente entre los judíos y qué judíos exactamente recibirán la parte del león? ¿Podría efectuarse por la aplicación de normas justas, equitativas y transparentes cumpliendo todas las reglas al respecto de la administración pública?
¿Es sólo una coincidencia que Israel sea siempre sacudido por nuevos escándalos de corrupción que tocan a los más altos niveles, incluso a las autoridades estatales en materia inmobiliaria?
Fuente: Reflections on real estate
Artículo original publicado el 23 de abril de 2010
Sobre el autor
Carlos Sanchís y Caty R. forman parte del colectivo Rebelión. Carlos es, además, miembro de Tlaxcala, la red internacional de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor, a la revisora y la fuente.
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